1 de mayo 2015. Likes; la enfermedad del reconocimiento. Autor: Cristian Camilo Cárdenas Aguirre. Seminarista tercer año de teología, Arquidiócesis de Ibagué, Colombia. Estamos en la época del reconocimiento, donde ya nadie procura estar en el anonimato; muchos buscan ser reconocidos y valorados, pero no como en la época de antes, sino al estilo post-moderno: los likes.
En una ocasión, se me presentó el caso de la joven A.G. en la que tenía una depresión fuerte, al ver que sus amigas en redes sociales tienen cerca de 300 a 500 likes; en cambio ella no llega ni a los 100 likes. Esta joven, siente que tener pocos likes en sus fotos, es igual a ser fea y no querida. Un like para ella, significa sentirse poco estimada frente a la sociedad. Este factor le ha ido generando una profunda crisis existencial: el dejar de un lado y convertir en un nada la valoración que tienen sus padres y personas cercanas, y darle más importante a una autoestima virtual, que al fin de cuentas la irá dejando en la “nada existencial” (Jean Paul Sartre)
Precisamente, la juventud, está sufriendo de esta nueva enfermedad, muy poco conocida, pero que está generando un impacto de depresión y ansiedad por los likes que puedan tener en sus redes sociales.
¿A qué se deberá esto? Se debe a que los jóvenes no han comprendido que la existencia humana, no se mueve entorno a circunstancias, sino a proyectos, uno no vale en cuanto la circunstancia disponga de mí, sino en cuanto mis capacidades, que pueda ofrecer y aportarle a la misma sociedad. El vacío existencial está ocasionando un colapso en la vida humana, ya que la tecnología cree tener la expectativa de llenar dicho vacío, pero resulta que esto está ocasionando el efecto contrario. Me atrevo a decir que algunos suicidios se deben a la falta de reconocimiento que se pueda tener en las redes sociales. Una persona no valorada en las redes es una persona que se siente con baja autoestima.
Ahora bien, otro caso aun lamentable, que ocurre en un colegio de Bogotá: le exigen a unos niños de primero, en los que la edad oscila entre 4 a 6 años a que tengan correo electrónico y redes sociales. Según su argumento es que ellos no se pueden aislar de la tecnología actual. El fondo de esta situación, deja entrever que aquellos niños, irán dejando unas relaciones cercanas para convertirlas en relaciones virtuales. Un niño a esta edad necesita la interacción de personas, juegos, diversión, pero éstas jamás deben convertirse en virtuales.
Debemos, por lo tanto, frenar esta enfermedad, que está haciendo que muchos jóvenes no logren alzar su autoestima, y hacerlos conscientes que un like equivale a un decir nada. Un like no demuestra un reconocimiento, su reconocimiento es producto de sus competencias y habilidades que tenga para aportar y no de una imagen que pueda poner.
Es así, que se debe pensar más allá de un “yo y mi circunstancia” (José Ortega y Gasset), ya que la circunstancia, es voluble, y no se debe estar en medio de un acción que hoy es y mañana se olvida, o en tensión de un like; sino que hay que ir más allá, hasta llegar a convertirse en un “ser en proyecto” (Martín Heidegger) que realmente el proyecto sea la causa de reconocimiento y satisfacción que le pueda traer la acción lograda, pues de pequeños esfuerzos se logran grandes metas, y no vivir de lo que los demás quieran decir o hacerme decir.