5 October 2024
 

 

 

 

 

Arquidiócesis de Ibagué. El sacerdocio, su ser y su misión. Retiro espiritual para los sacerdotes. Enero 19-23.  de 2015.   Casablanca. Ibagué  Asistentes:  Monseñor.  Flavio Calle Zapata.  Monseñor, Orlando Roa Barbosa.  Sacerdotes arquidiocesanos.

Predicador:  Monseñor, Francisco Javier Múnera Correa, Obispo, de San Vicente del Caguán. Secretario. P. Jairo Yate Ramírez

Después de un ambiente de fraternidad y bienvenida, iniciamos nuestro anhelado retiro espiritual.  Justamente en este año 2015,  declarado por el santo padre, como año para pensar en la vida consagrada.

Nuestro predicador, nos indicó las líneas fundamentales a tener en cuenta para aprovechar al máximo este espacio que es un regalo de Dios.  De acuerdo al Evangelio según san Marcos 6, 30-32, el Maestro propone a los apóstoles, descansar un poco. Eso es lo que hacemos, nos regalamos un tiempo de descanso, en un lugar aparte y solitario.  En el mismo sentido lo va a advertir el Evangelio según san Mateo 17, 1 ss  “El Maestro los llevó aparte a un monte alto.”  Esta experiencia con Dios, nos debe permitir lograr pensar en tres momentos:  Dejarnos atraer por Jesús, atraer por él, sabemos que él es el camino.  Que la experiencia nos sirva para tomar distancia para pensar en mi vida personal y ministerial.  Es como recuperar una mirada distinta sobre nosotros mismo.  Finalmente, contemplar la realidad desde espacios más amplios. 

Teniendo en cuenta la experiencia impactante que tuvieron los discípulos en comunión con el Maestro.  El predicador nos motiva para que recorramos ese camino:  El Maestro pregunta, qué buscan, los discípulos quieren saber, dónde vive, el Maestro los invita, “venid y lo veréis”.  Tendríamos que preguntarle al Señor, cuáles son sus criterios de vida, los proyectos del Reino y del padre celestial.  Así obtendremos las claves para una buena experiencia de retiro. En primer lugar desconcentrarnos de todo lo que sea mi propio yo, que el centro de atención sea el Señor. En segundo lugar aprovechar la fuerza de los momentos en el tiempo, el silencio para escuchar al Señor, necesitamos su Palabra. Regalarse un buen espacio para la lectura orante de la Palabra.  En tercer la fuerza de la adoración “un mundo que se postra ante los ídolos no sabe orar” En cuarto lugar, la fuerza de la oración, tenemos que disfrutar de la oración personal y la oración litúrgica que propone la Iglesia. En quinto lugar, la fuerza de la celebración eucarística y el sacramento de la penitencia.  En sexto lugar, la fuerza de los gestos, estar juntos, comer juntos, acercarnos al otro. El propósito de todo retiro debe ser la conversión. El Señor nos llama a acoger su novedad, sus sorpresas, él no quiere que repitamos lo mismo. 

Segundo momento de nuestro retiro: día martes. Iniciamos muy temprano en la mañana con la Celebración Eucarística, presidida por nuestro Arzobispo.  En su predicación nos insistió en la conversión como fruto especial del retiro.  Monseñor Francisco Javier, inició su plática en una reflexión profunda y pausada basada en la profecía de Miqueas, (6, 1-8).  Las exigencias de la Alianza. El profeta recoge lo fundamental del anuncio de Amós en cuanto a la justicia. La predicación de Oseas en lo referente al amor. El tema de la Fe según el profeta Isaías.   La crítica corresponde a una concepción falsa de la Fe.  Basta meditar despacio los ocho primeros versículos en el capítulo sexto del libro de Miqueas para descubrir las exigencias de la Alianza.  La primera insinuación es una introducción en la cual se prepara un juicio (Miqueas 6, 1-2).  La segunda, es la presentación de los improperios del Señor:  Qué te he hecho. ( Miqueas 6, 3-5). La tercera es la toma de conciencia, pero la respuesta del pueblo sigue siendo insuficiente (Miqueas 6, 6-7). La cuarta es la respuesta del profeta en nombre de Dios.  Pensemos ahora en el presupuesto para una espiritualidad sana:  a) La equidad, hay que practicar la justicia y el derecho.  b) amar la libertad.  c) caminar humildemente con tu Dios. 

Cuando se trata de hablar de justicia es devolver lo que no es mío, un buen ejemplo es el caso de Zaqueo (cf. Lucas 19,1-10), él toma conciencia que ha robado y que no ha compartido, no ha sido solidario. Dios nos pide practicar la justicia y el derecho, sería bueno preguntarnos cómo estamos en término de justicia. Tomar conciencia del respeto por nosotros y los derechos de los demás. Será que tengo derecho a pisotear a los demás?.  El santo Padre Francisco advertía en su mensaje sobre la paz diciendo:  “Ya no más esclavos, sino hermanos”. (1 de enero del año 2015)   La compasión y solidaridad. Hay que aprender a amar con justicia.  Podemos ver la implicación de tres palabras: la ternura, las entrañas, la fidelidad. Dios nos ama desde las entrañas. La exigencia es caminar solidariamente con los demás, amar pero nunca aprovecharse de los demás; un ejemplo es el amor con los más vulnerables, con los enfermos, el punto es como nos hacemos prójimos de acuerdo a la parábola del buen samaritano (cf. Lucas 10, 25ss). Nuestra tercera dimensión como hombres de alianza sería, caminar humildemente con tu Dios.  No nos debe dar temor sentirnos hombres justos, hombres tiernos, hombres libres.  Hay que aprender a descubrir a Dios como roca eterna ( cf. Isaías. 26,4).  El pecado fundamentalmente es eso, el olvido de Dios, y cuando esto sucede, aparece la idolatría, habría que preguntarse, quién es Dios, quién es nuestro Dios, cómo es Dios para nosotros, (cf Miqueas 6,4) precisamente Dios es quien nos libera y nos saca de la esclavitud.

 

            Pensemos ahora en las tentaciones de Jesús en el desierto (cf. Mateo 4, 1-11).  Las tres son:  el Pan, el templo, el reino.  Jesús vive su propia libertad, su centro es Dios, o sea la Palabra, la indicación sería, amarás a Dios con todo tu corazón, no hay que someter a Dios a nuestros caprichos, no podemos revelarnos ante el alimento que nos ofrece Dios.  La segunda posición es: No amar a Dios con toda el alma, la respuesta del Maestro es, no tentarás al Señor tu Dios (cf. Deuteronomio 6, 16), no hay que poner a prueba a Dios en función de mi ego.  La tercera tentación advierte no amar a Dios con todas las fuerzas. El Señor responde, al Señor tu Dios adorarás y darás culto: Quien adora a Dios no esclaviza a nadie y no será esclavizado de nada ni de nadie.  Terminamos este primer día, adorando a Jesús sacramentado y celebrando el sacramento de la reconciliación.   

Tercer momento de nuestro retiro.  Día miércoles.  Iniciamos la jornada con la celebración Eucarística, presidida por nuestro Obispo Auxiliar, Monseñor, Orlando Roa Barbosa.  El prelado insistió en su homilía en identificarnos con las virtudes de Santa Inés Virgen y mártir.  En su integridad de vida, en su capacidad de sacrificio. Nos invitó a que tomásemos muy en serio la razón del retiro espiritual, la cual debe ser la conversión. No tiene sentido confesar los pecados, mientras no haya el propósito de cambio personal.  Nuestro predicador inició su tercer día de predicación, para esta ocasión, el tema fue la identidad de nosotros como ministros de Dios con el misterio de la encarnación de Jesús, según lo narra la Sagrada Escritura.  Ese es un verdadero paradigma para nuestro ministerio.  Habría que tener en cuenta según el texto del apóstol san Pablo, la palabra Kenosis, que significa (abajamiento)  cf. Filipenses 2, 6-11.  Es un himno cristológico que nos invita a la comunión.  Es una exhortación en nombre de la Iglesia para que tengamos un mismo sentir, un mismo amor, un mismo ánimo, que no hagamos nada por vanagloria, siempre considerando a los demás superiores a nosotros, logrando tener los mismos sentimientos de Cristo, cf. Filipenses 2, 1-5.  La dinámica de Jesús de Nazareth es la Kénosis, asume la realidad del siervo.  Nosotros debemos aprender a ser siervos como él.  Valdría la pena reflexionar un poco sobre la realidad descrita en el libro II de los reyes 4, 8 ss  al igual que los sermones 86 y 19 de san Agustín de Hipona.   Descubrimos que la encarnación tiene dos dimensiones, una activa y otra pasiva.  

Si nos ubicamos en la activa podremos entender que indica el acto mismo de hacerse hombre, identificarse con el otro, hacerse otro.  Y la pasiva, nos ubica en el campo de dejarse envolver.  La Escritura nos dice que la dimensión activa implica hacerse uno de tantos, el Maestro lo hizo así, se identificó con todos menos en el pecado, cf.  Hebreos 2, 17-18.  La dimensión pasiva, nos ubica en el hecho de dejarse envolver, Jesucristo asume la fragilidad, sin privilegios, en la suerte de los pobres, con los pobres, nace entre los pobres y es sepultado entre los excluidos.  Así lo leemos en la Escritura: “Dio a luz un hijo primogénito y lo envolvió en pañales” (Lucas 2,7).  “Y después de descolgarle, le envolvió en una sábana  y le puso en un sepulcro excavado en la roca” (Lucas 23, 53).   José de Arimatea lo envolvió para la sepultura.  Jesús siendo rico en su generosidad se hizo pobre por nosotros, lo que implica el despojarse de todo privilegio y hacerse uno de tantos.   Así pues, los medios para evangelizar estarían en las bienaventuranzas, si logramos ser pobres como los pobres. Nuestro predicador nos pidió para la reflexión personal, leer y meditar dos textos del apóstol san Pablo: de acuerdo a la dimensión activa, cf. 1 Corintios 9, 19-23.  “Efectivamente siendo libre de todos, me he hecho esclavo de todos para ganar  a los que más pueda  °°°°”.   Según la dimensión pasiva de la encarnación:  cf. 2  Corintios  4, 7-11.  “Pero llevamos este tesoro en recipientes de barro para que parezca que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no de nosotros. °°°”. 

Terminamos la mañana con lectura orante de la Palabra, según el texto bíblico de Juan 12, 1-8 “En Juan es muy pronunciado el tema nupcial, como Yavé, Jesús hace alianza nupcial con su pueblo. Este pueblo representado en sus momentos claves por una mujer: en Caná por María de Nazaret, que lanza a Jesús a comenzar su obra.  Betania se constituye en el lugar de la comunidad, que quiere permanecer fiel a Jesús cuando todo es amenaza y hostilidad. El perfume caro sobrepasa todo precio, es ademán auténtico, es el amor de quienes se han mantenido fieles en medio de la persecución.  En medio del grupo hay una voz discordante, la de Judas, uno de sus discípulos, infiltración del mundo entre los doce. En su protesta por el derroche Judas deja traslucir su afición por el dinero, compara el precio del perfume con la persona de Jesús, para Judas el valor del dinero, es un valor supremo. Esta es la bandera de satanás, pretende salir en favor de los pobres, pero acapara que es precisamente la razón de que haya pobres.  Lo que Jesús en realidad dice es que su presencia física va a durar poco y que en adelante debe ser reemplazada por la presencia de los pobres en medio de la comunidad, con los cuales él se identifica y en quienes  lo encontrarán siempre (Mateo 25, 31ss).

            Nuestro predicador propuso una continuidad de la reflexión, basada en el misterio de la encarnación, se trata de ¿Cómo se forma en la escuela de Jesús?. Cuál es el estilo de Jesús, es el de siervo, el del servicio (diakonía). En este proceso se debe tener en cuenta que la primacía la deben tener las personas, no las cosas, Jesús va formando los discípulos paso a paso.  Para saber cómo se realiza ese proceso, es importante leerlo y reflexionarlo en los textos de la pasión en los sinópticos, por ejemplo, los capítulos 8, 9 y 10 de san Marcos, y el capítulo 13 según san Juan.  El Evangelio de Marcos, es un texto que presenta el camino para iniciar a un cristiano, es como el catecumenado.  El de Mateo,  nos presenta una vida de Iglesia.  El de Lucas, nos habla de la vida en comunidad.  El de Juan nos habla sobre la vida.   Veamos algunos pasos: según Marcos en su capítulo 8 verso 31, aparece el primer anuncio, Pedro quiere estar por delante del Maestro, no entiende su puesto en el grupo de los apóstoles, tiene una ligera tentación que no concuerda con el mensaje de Cristo.

 El Maestro da las indicaciones para seguirlo: Negarse, renunciar y asumir la Cruz.  Se trata de renunciar a los propios criterios, es asumir las perspectivas de la Cruz, seguir las huellas del Maestro.  En esa misma sintonía de Marcos, después aparece la narración sobre la transfiguración del Señor (Marcos 9,2-13). Pronto aparecen los signos, los milagros del Señor que corroboran la formación del Maestro a sus seguidores.  Viene el segundo anuncio, el Hijo será entregado en manos de los hombres, eso es lo que advierte Jesús, pero sus discípulos no lo comprenden en ese momento, por eso sienten miedo, temor, no aceptan que eso pueda suceder.  Después enseña el puesto a todo aquel que quiera seguirlo, “El que quiera ser el primero que sea el servidor de todos”.  Su misión es universal, el Señor no quiere que le cerremos las puertas a los demás, al contrario que fundemos puentes con todos los que tienen los carismas: “El que no está contra nosotros, está con nosotros”.   Aparece el tercer anuncio.  Marcos 10, 32-34, es una escena dramática. Propuestas del Maestro e inconsistencias de los discípulos.  En el versículo 34, aparece la petición de los hijos de Zebedeo, sus deseos son contrarios a la enseñanza de Jesús, no se trata de privilegios en el ministerio, sino de servicio y entrega.  El Maestro da la consigna:  “El que quiera ser grande, que sea el servidor (versículo (43).  A partir del versículo 46 termina todo el episodio, llegan a Jericó, aparece un mendigo ciego que estaba sentado en el camino, el Señor lo cura y él inmediatamente da su respuesta “Al instante lo siguió” (versículo 52)  Ahora me pregunto, será que muchos de nosotros, hemos sentido la necesidad de acercarnos a Jesús, como muchas personas, quizás todos estamos ocupados en nuestras cosas, no tenemos mucho tiempo para buscar a Jesús, el ciego recuperó su vista y lo siguió. 

            También podemos apreciar y meditar las enseñanzas del Señor, justo en el misterio de su pasión, de acuerdo al Evangelio según san Juan 13, 1 ss.   Todo sucede antes de la fiesta de la pascua, el Maestro lava los pies a los discípulos, nos da la enseñanza de aprender a ser sus siervos, a ser servidores, valorar su entrega, su donación.  En ese momento los discípulos siguen sin entender, el Señor contesta lo que yo hago lo comprenderás después (verso 7).  Llegamos a la conclusión, que sólo amándole a él, es posible comprender lo que él ha hecho, (verso 19). Terminados esta jornada con la adoración y contemplación del Santísimo Sacramento y el Santo Rosario a nuestra querida madre del cielo.

            Cuarto momento de nuestro retiro. Día jueves. Iniciamos con la celebración Eucarística, presidida por Monseñor, Francisco Javier nuestro predicador.  Nos comentó en la Homilía sobre la importancia del trinomio: Sacerdocio, Eucaristía y pastoreo. Reflexionó en torno a un mensaje  del Santo Padre emérito Benedicto XVI, a los sacerdotes en el jueves santo del año 2007.  (cf.  Osservatore romano, N. 15, 13 de abril de 2007).   Posteriormente escuchamos la primera charla de la mañana, el predicador propone reflexionar sobre el pastoreo misionero.  Me hago pastor a ejemplo de Jesús, lo que unifica propiamente nuestra vida  es la caridad pastoral. Para profundizar en este tema, el texto de la profecía de Ezequiel 34, 1-6ss, se trata del llamado de Dios a los pastores.  Allí se encuentran la crítica y las exigencias para un buen pastor, por ejemplo:  Ay de los pastores que se apacientan así mismos. ¿no deben los pastores apacentar el rebaño? (cf. Verso2).  Un pastor tiene la responsabilidad de dirigir, cuidar, santificar a su pueblo.   Cuando el pastor no cumple con su función, la consecuencia es que el rebaño se dispersa.  Las razones son porque no han fortalecido a las débiles, las han dominado con dureza y con violencia, (cf. Verso 5).  El buen Dios promete a su pueblo Israel, pastores según su corazón. 

            San Agustín, presenta unos comentarios en su homilía, reflexionando sobre la profecía de Ezequiel 34.  En los sermones 46 y 49 que se encuentran en el oficio divino, semanas 24 y 25. El santo inicia la reflexión proponiendo lo que él es: soy cristiano y soy obispo. Como cristiano debe cumplir fielmente su misión y como obispo debe distinguirse en el cumplimiento de su ministerio como pastor.   Parodiando la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 2, 21, el Santo describe a los pastores en sus funciones, algunos les gusta el nombre de pastor, pero por sus intereses personales y los de Cristo. El ministerio debe estar en función de los demás.  Los pastores llevamos una carga mayor, porque somos cristianos y somos ministros.   En el sermón 46 Agustín habla de la leche y de la lana; la leche es el alimento, la lana son los honores.  Nadie debe buscar sus propios intereses sino los de Cristo.  Algunos buscan el dinero y el honor.  Algunos acaban con las ovejas fuertes con la mala vida y los malos ejemplos.  Descuidan el hecho de no fortalecer  las débiles para las pruebas.  La oveja débil puede sucumbir, en cambio la enferma ya está dominada por su propia situación. 

            Otro ejemplo para entender nuestro pastoreo es el Evangelio según san Juan 10, 1-18. Quien entra por la puerta es el pastor de las ovejas, va delante de ellas y ellas lo conocen. Jesús es la puerta de las ovejas.  Según los versículos 11 – 16 de san Juan capítulo 10.  La figura del buen pastor y el asalariado. El buen pastor da su vida, conoce las ovejas, va a otras ovejas. El pastoreo consiste en conocer, dar vida, conducir, ese precisamente sería la figura del pastor.  El asalariado no es pastor, porque las abandona, huye.  Bien decía san Agustín: “Todo buen pastor debe ser como miembro del mismo pastor”.   Nos preguntamos cómo ser pastores?  La respuesta la tiene la primera carta de Pedro 5, 1-5.  “Apacentad la grey de Dios, no hacerlo por ganancia, sino de corazón”, siendo modelo de la grey.  “El gran pastor de las ovejas es Cristo” (Hebreos 13,20).    Terminamos la mañana de este día con la lectura orante de la Palabra de Dios, según san Juan capítulo 21, 1-17.  Jesús aparece a siete discípulos que estaban pescando.  Son y no 12, para indicar la misión a la totalidad de las naciones y no solo a las doce tribus de Israel.  Es ya una comunidad abierta a lo universal. Pedro toma la iniciativa, los otros le siguen cuando va a pescar. La noche es la ausencia de Jesús: “Se acerca la noche cuando nadie puede trabajar … sin mí no podéis hacer nada”. Cuando se hace día, Jesús está a la orilla. Siguiendo su Palabra, encuentran el lugar de los peces.

            En la hora de la tarde, nuestro predicador nos habló del pastoreo misionero.  La consigna la da el mismo Evangelio: “Id pues y hace discípulos a todas las gentes. Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación.  Todo converge en la misión.  (cf.  Presbyteroum Ordinis N. 10).  Nuestro pastoreo debe ser eminentemente misionero, la misión es la identidad de la Iglesia, así lo expresa la Evangelii Nuntiandi y la Evangelium Gaudium. El misionero es un enviado, es un evangelizador, es portador, va a otros, ellos son los destinatarios.  El lugar del misionero está en todas partes, en toda cultura, en todo pueblo, ciudad, etc.  Se trata pues de anunciar la Buena Nueva de Cristo, que es el don más precioso, así lo expresaba el Papa Pablo VI  en la Ecclesiam Suam.  Se misiona con los propios medios, con la misma pobreza, por ejemplo  Pedro y Juan ofrecen lo que ellos tienen, “no tengo oro ni plata. Te doy de lo que tengo”.  El espíritu de la misión que se nos propone es compartir una experiencia de reciprocidad, se trata de dar y de recibir.  La misión supone hacerse todo en todos y dejarse envolver por la cultura.  Se recibe la misión que el Maestro nos enseña, precisamente cuando hay mucho amor, un amor unificado, un amor atravesado por el corazón del Señor. Es importante en los nuevos misioneros de hoy que entiendan una conversión pastoral, existen nuevos areópagos, nuevas culturas, nuevos métodos, nuevas expresiones, nuevo ardor.  A las nuevas culturas, hay que hablarles de un Dios desconocido.  Monseñor Elder Camara, decía:  “La misión es partir, caminar, dejar todo, salir de ti. Quebrar la corteza del egoísmo que nos encierra en nuestro yo. Es parar de dar vueltas alrededor de nosotros mismos, como si fuésemos el centro del mundo y de la vida. Es no dejarse bloquear en los problemas del mundo pequeño al que pertenecemos: la humanidad es más grande. La misión es siempre partir, mas no devorar kilómetros, es sobre todo abrirse a otros como hermanos, descubrirlos y encontrarlos, si para descubrirlos y amarlos es preciso atravesar los mares y volar los cielos; entonces, misión es partir hasta los confines del mundo. 

            Por último Monseñor Francisco Javier nos pide reflexionar sobre las ocho consigna programáticas y paradigmáticas de la Evangelii Gaudium, según el Papa Francisco.   Para afrontar evangélicamente las tentaciones de los agentes pastorales.  Numerales 76-90.  No nos dejemos robar el entusiasmo misionero:  (la acentuación del individualismo, la crisis de identidad, la caída de fervor). NO NOS DEJEMOS ROBAR LA ALEGRÍA EVANGELIZADORA!  La segunda tentación que tienen los servidores eclesiales delante de sí como un riesgo y un peligro es la acedia pastoral que el Papa califica como egoísta y paralizante porque lleva al “no compromiso” (E.G.81). Y ello no por exceso de actividades sino por actividades mal vividas, sin motivaciones adecuadas y sin espiritualidad que impregne la acción (E.G.82). NO NOS DEJEMOS ROBAR LA ESPERANZA.  El Papa considera que el pesimismo estéril ahoga el fervor y la audacia generando en los evangelizadores la conciencia de derrota que los convierte en pesimistas quejosos y desencantados, con cara de vinagre. Este mal espíritu de la derrota- como lo califica el Papa- es hermano de la tentación de separar antes de tiempo el trigo de la cizaña y es producto de una desconfianza ansiosa y egocéntrica (E.G.85). NO NOS DEJEMOS ROBAR LA COMUNIDAD.  Para contrarrestar esta tentación el Papa plantea un desafío y un anhelo: descubrir y transmitir la mística de vivir juntos y recuerda que “Salir de sí mismo para unirse a otros hace bien”, en tanto que, “encerrarse en sí mismo es probar el amargo veneno de la inmanencia y que la humanidad saldrá perdiendo con cada opción egoísta que hagamos” (E.G. 87).   NO NOS DEJEMOS ROBAR EL EVANGELIO.  Es tan grave, subraya el Papa que- citando a H. De Lubac-  si invadiera la Iglesia, “sería infinitamente más desastrosa que cualquiera otra mundanidad simplemente moral.” (E.G.93). En otro aparte él cataloga la mundanidad espiritual como “corrupción con apariencia de bien” (E.G.97).  NO NOS DEJEMOS ROBAR EL IDEAL DEL AMOR FRATERNO.  Para afrontar esta tentación el Papa les pide todos los cristianos “un testimonio de comunión fraterna, atractivo y resplandeciente” y añade diciendo: “Que todos puedan admirar cómo os cuidáis unos a otros, cómo os dais aliento mutuamente y cómo os acompañáis” y cita el texto precioso del mandamiento del amor fraterno: ‘En esto reconocerán que sois mis discípulos, en el amor que os tengáis unos a otros’ (Jn 13,35).” (E.G. 99)  NO NOS DEJEMOS ROBAR LA FUERZA MISIONERA.  El Papa nos invita finalmente a disponernos a enfrentar muchos otros desafíos eclesiales, algunos que él mismo señala y otros que hemos de afrontar en nuestras propias realidades eclesiales, descubriendo en ellos los signos de los tiempos, para lo cual el Papa recomienda siempre “escuchar a los jóvenes y a los ancianos.”   NO NOS DEJEMOS ROBAR LOS POBRES.  Ellos son el tesoro de la Iglesia.

            Concluimos nuestro retiro, dándole gracias a Dios por todo lo aprendido y reflexionado.  Nuestro Arzobispo, Flavio Calle Zapata, dio gracias al predicador diciendo:  “Haz hecho una gran obra en el corazón de cada uno de nosotros”.   Ibagué, 22 d enero del año 2015.  Memoria de san Vicente, diácono y mártir. Secretario.  Padre,  Jairo Yate Ramírez.