6 October 2024
 

10 de Agosto de 2014.  Autor: Tebelio Martín Rodríguez. Fuente: Catholic. Problemas éticos de la fertilización in vitro La relación entre Ética y Técnica, no es obstáculo para el desarrollo científico Todo lo técnicamente posible está pendiente del análisis ético, máxima que orienta el trabajo científico.La visión de una Antropología de inspiración Personalista considera al embrión como un sujeto de derechos que necesita de una protección adecuada, promueve el respeto por la naturaleza humana y de la unión familiar.

Esta misma Antropología considera que el acto natural pro creativo es insustituible y todo lo relacionado con los métodos que lo sustituyen son ilícitos, el basamento ético es la dignidad del hombre, apoyando la unión familiar, prohibiendo el semen u óvulo heterólogo.

La relación entre Ética y Técnica, no es obstáculo para el desarrollo científico, que casi siempre no ha tenido un juicio moral que acompañe la rapidez de las investigaciones y experimentos, esto ha permitido un divorcio entre Ciencia y Moral, tiene prioridad la ética sobre la técnica, personas sobre las cosas, espíritu sobre la materia.

Es necesario el juicio ético o de aprobación de licitud de una nueva técnica, y debe valorar:

A) Que sea apta para resolver el problema biomédico planteado, hay que tener en cuenta la validez tecnológica (% de eficacia y costo), sus consecuencias negativas para el paciente, sociedad y medio ambiente.

B) Tiene un sesgo cuantitativo, balance entre beneficio y costo, hay que analizar las circunstancias en el juicio ético, aunque el acto sea positivo y las circunstancias que se deriven de ello.

C) Debe estar desvinculado de toda ideología que utilice el descubrimiento para sí, o la obtención de lucro, fama científica, religiosa o política.

Particular importancia tiene una reflexión ética sobre las técnicas biomédicas que permiten intervenir en la fase inicial de la vida humana y en el proceso de procreación; deben ser consideradas en los aspectos de la Antropología:

a) La verdadera naturaleza de la persona humana puede realizarse como totalidad unificada, es decir es corporal y espiritual.

b) La persona humana está dotada de tal dignidad que no puede ser considerada como objeto, sino como sujeto.

c) Solo el acto conyugal es digno de poner la condición de la concepción de una persona.

Lo Ético es defender la imagen del más indefenso que está por nacer y mantener las técnicas de apoyo a la fecundación; debiendo perseguir el bien total de la persona, sin superar los límites de la naturalidad de los actos.

Las técnicas médicas debe estar siempre al servicio de la vida, los modelos de moral con marcado interés de lucro, o de ideologías discriminatorias, no tienen en cuenta la dignidad de la persona, solo sirven de freno en la defensa de la existencia, contribuyendo a la pérdida de valores humanos en la sociedad.

Esta línea de desarrollo tecnológico constituye un peligro, porque puede hacer creer al hombre que es capaz de sobrepasar los límites razonables del dominio sobre la Naturaleza, poniendo en peligro la existencia del ser humano.La aplicación de la Ciencia y la Tecnología se realiza por medio de modelos Éticos y no guiados por Ideologías.

El criterio fundamental en el tema de la procreación es el concepto de persona aplicado a varios aspectos del inicio de la vida: cigoto, embrión y las etapas tempranas de su desarrollo, como la relación generadora de los esposos como fuente de vida y mantenimiento de la especie.

El problema ético de los “embriones sobrantes” (solo en España 200.000), es ¿que hacer después que se autorizó la congelación? (criócongelación), el término induce a su uso, sobran, forma discriminativa, su verdadero objetivo es la procreación, y son desviados en experimentación sin reconocimiento de su dignidad. La justificación es la “clonación terapéutica”, los embriones sobrantes son destruidos para extracción de células troncales en las terapias regenerativas, es la eliminación de un ser humano, para obtener material biológico con fines de experimentación e investigación.

La prohibición de la clonación humana reproductiva, ha sido más por repugnancia que por ética, apareciendo algo peor, el autorizo de seres humanos con fines distintos a la reproducción, pudiendo eludir las barreras jurídicas y morales.

En muchos países se requiere del Consentimiento Informado de los padres para la experimentación con los embriones sobrantes, ¿que derecho tienen para autorizar la destrucción de su hijo?, esto no tiene un basamento ético. La humanidad está en condiciones de llegar a modificar al hombre y de redefinirlo genéticamente, por la dimensión moral que esto implica debe ser analizado éticamente por todas las organizaciones de la sociedad, lo técnicamente posible debe estar prohibido hasta que se realice el juicio ético; y lo que resulte ilícito lo es siempre y en todas partes, no hay una geografía de lo permitido o no. Practicar las técnicas no éticas porque otros lo hacen o lo harán es una capitulación ética. Tanto la Ética como la Medicina son para el hombre, se unen para proteger valores y salud.

La realidad

La finalidad del matrimonio es la creación y educación de la prole, basada en la espiritualidad conyugal y familiar de los esposos. Con las T.R.A. se trata de sustituir el rol de la familia en la sociedad con las consecuencias antes explicadas. La reflexión antropológica reconoce en el matrimonio con su unidad indisoluble el único lugar digno para la procreación. No son lícitas otras formas como la fecundación artificial heteróloga, la maternidad sustitutiva y toda actuación que disocie entre los gestos destinados a la fecundación humana y el acto conyugal.

Las inversiones en la FIVET van en aumento, en el período desde 1995 a 1998 de 59.000 tratamientos, pasaron a 81.000 y el número de clínicas dedicadas a la reproducción asistida, en igual período pasaron de 281 a 360. En solo 3 años los tratamientos crecieron en 1.37 veces y las clínicas en 1.28 veces.

En Francia en 1985, de 3300 tentativas, nacieron 300 niños, costo total 50 millones de francos, costo medio por niño 165 000 francos; de éstos el 30% son de personal, 50% por actos médicos y 7% podría ser de hospitalización. El coste de producción depende de la relación entre los gastos de tentativa y la tasa de éxito de las implantaciones, pudiendo llegar a 300 mil francos. Actualmente el precio de los óvulos para esta técnica es de unos 5 mil dólares, se obtienen de mujeres comprendidas entre 21 y 29 años, saludables y no fumadoras.

Es la obtención de dinero, fama y poder a toda costa, aprovechando el deseo de tener un hijo por encargo, sin norma ética. Es el comercio de los seres humanos y el peligro de que se legalice y generalice este mercado.

Otras necesidades de salud mundial no crecieron de igual forma, incluso de detuvieron o retrocedieron como las investigaciones de enfermedades que producen una alta morbi-mortalidad en países pobres. No se pueden invertir grandes recursos para la solución de problemas no tan urgentes, dejando los verdaderos a un lado como el SIDA en África, el Paludismo o la Tuberculosis en los países pobres. Para establecer una comparación, menos del 10% del gasto en investigaciones farmacéuticas se dedican a infecciones que causan el 90% de la morbilidad mundial, las enfermedades que más mortalidad producen, son las que menos se habla y las que menos preocupan a la industria de los medicamentos. La Tuberculosis reporta 8 millones de afectados con 2 millones de muertos al año; están las enfermedades olvidadas como la leishmaniasis, la enfermedad del sueño, el mal de Chagas y la malaria, son algunas de ellas. De todas las mencionadas, la más extendida es la malaria con 300 millones de casos agudos anuales, y 1 millón de muertos principalmente niños, dedicándose solo 60 millones de dólares.

Esto no es lícito, constituye una amenaza a largo plazo para el mundo globalizado, faltando la justicia y la solidaridad internacional.

El negocio de las células madres embrionarias no ha dado el lucro ni los resultados clínicos esperados, ni los beneficios, incluso las inversiones en las investigaciones han disminuido grandemente (50% en los últimos 3 años). El problema está en desarrollar las células madres adultas, descubriendo el potencial equivalente de las células madres embrionarias, para resolver las lesiones de órganos y tejidos sin lesionar la dignidad del ser humano.La mayoría de los países han condenado todo tipo de clonación (tanto reproductiva como terapéutica) pero permiten la experimentación de los embriones sobrantes de la FIVET, tanto en tratar de resolver problemas de salud como en la cosmetología.

La tentación de manipular al ser humano, sin parámetros éticos, dándole categoría de objeto, mercancía o instrumento, puede convertirse en un arma muy poderosa, en manos de un grupo que responda a determinada ideología discriminatoria, puede lograr su utilización con fines políticos, científicos o económicos, dominio o esclavitud, incluso la destrucción de la vida, empleando métodos y medios de investigación que no respeten la dignidad de la persona, ni los límites de la tutela, ni la integridad, en cualquier etapa de la vida, esto significa entregar la existencia y la libertad de nuestra descendencia a irresponsables que se consideran autorizados a desarrollar sus ideas en aras de beneficios personales. Los “éxitos” obtenidos de esta forma no se deben callar, hay que denunciarlos con bases científicas, análisis Éticos y Bioéticos. No es la primera vez que la humanidad paga un alto precio cuando grupos irresponsables, que confundieron en sus inicios a muchos, justificando el bienestar de unos con la discriminación de los indefensos. La Historia ha demostrado que no se puede confiar tanto poder sin control.

La corriente de la Bioética secularista trata de negar el orden del ser o la dimensión sustancial de la existencia enfocando solamente las funciones y las capacidades, reconoce a la persona como categoría por acuerdo social, designando selectivamente a quienes funcionan acorde a una o varias capacidades.

Cuando se hace una interpretación funcionalista y pragmática del ser persona permite declarar no persona o pre-persona al cigoto, al embrión en sus etapas iniciales se enfoca a un nivel solamente embriológico o a quien padece una enfermedad neurológica grave o está en estado de coma o no es eficiente. Esta forma utilitarista pone en peligro el respeto a la dignidad e integridad del ser. Aprecia al individuo por lo que puede hacer y no por su ser. Propone así definiciones funcionales de las cosas o medios, carentes de significado propio o para recursos cuya identidad depende de los propósitos e intereses de otros. Cuando se define a la persona con términos de funcionalidad y capacidades se transforma el medio y se desvirtúa su dignidad en cuanto finalidad en sí misma.

El ser humano por su naturaleza es portador de valor intrínseco, exige de referencia por lo que es y por quien se va configurando o por lo que logra hacer a la vista de otros. Cada período del desarrollo humano tiene una naturaleza que subyace y apoya cada etapa, lo que da continuidad a la vida desde la concepción hasta la separación corporal – espiritual.

La solución al drama de la infertilidad humana, debe ser por los medios naturales, que busquen promover un progreso auténticamente humano.

Los actos humanos procreativos deben ser los que mejor corresponden al amor conyugal y al inicio de la vida. Reconocer que existe un orden de bienes integrales. La realidad es que se destruyen muchas vidas para poder complacer a los clientes, leyes de mercado, selección y calidad al gusto, un negocio millonario sin parámetros morales, que no tiene en cuenta lo antinatural del proceso, ni los embriones muertos. El ser humano pasa a ser objeto industrial, no hay diferencias entre un óvulo implantado y el resto congelado; se despoja al embrión de su estatus moral entregándolo a experimentos irresponsables para producir hombres por encargo.

Todo niño tiene el derecho de nacer de sus padres biológicos, fruto del amor entre éstos, a no ser usado como objeto, ni ser encargado con ideas racistas y eugenésicas, esto sólo recuerda el sueño de los científicos nazis y otras prácticas condenadas por la historia. Es una forma moderna de crear vida humana para instrumentarla, experimentar, mercado, lujo, caprichos, complacencia, al servicio de los ya nacidos que no tienen ningún derecho sobre los que están por nacer.

Existe a nivel mundial un conformismo ante la manipulación del no nacido y un apoyo al utilitarismo de la Ciencia sin conciencia del sufrimiento humano, visto todo desde la óptica de la oferta-demanda, cuando en realidad lo humano tiene más de espiritual que de material, no se puede llevar todo a una mera aplicación tecnológica sin moral.

El relativismo cultural se expresa en la teorización y defensa del pluralismo ético, mostrando que no existe una norma moral basada en la naturaleza misma del ser humano, es frecuente oír declaraciones públicas que definen al pluralismo ético que hace posible la verdadera democracia, con esto confunden no tan solo el verdadero desarrollo de la sociedad sino que la hace más inhumana; muestra de ello es el siglo que terminó donde el hombre se bestializó con el hombre basado en este relativismo ético. Unido a esto se observa otra publicidad de la tolerancia para que todos tengan los derechos a su dispoción en igualdad de condiciones dando una visión de permitirlo todo, sacrificando no tan solo nuestros principios básicos sino sacrificando al mismo ser humano en su santuario: el útero materno donde lo quieren matar o controlar.

En realidad el embrión debe ser conocido y acogido en su inviolable dignidad, desde la concepción. Todos tenemos que difundir una cultura científica que tenga la exigencias de la vida embrionaria, sensibilizando a los dirigentes de la salud pública para crear las estructuras necesarias que permitan la asistencia materno-embrionaria.

Al analizar este difícil problema de la fecundación asistida o la aplicación de la tecnología a la reproducción, es importante que no tan solo teólogos y filósofos estén al día en los adelantos científicos sino también médicos, investigadores y los identificados con la causa de la dignidad del ser humano y el respeto por la vida naciente, hombres de buena voluntad.La aplicación de la Tecnología al ser humano no genera por sí misma la sabiduría necesaria para progresar sin hacer daño necesitando de la ética y la Bioética para poder orientar en lo que es lícito o no.

Durante años los medios de difusión masiva, casi siempre en manos de poderosos intereses, no tienen en cuenta los principios éticos que defienden al ser humano desde la concepción, que es el origen de la vida, contrario a esto se ha desarrollado una cultura hedonista basada en el placer y sin responsabilidad, llegan a darle al hombre el nivel de complacencia a todos sus deseos, se complace en la comida, el sexo, los viajes, y la vida cuando lo deseen los clientes.

En ocasiones las mujeres asisten a las prácticas de estas técnicas no estando casadas, guiadas por una fuerte voluntad de tener un hijo, ocultando un sentimiento contrario; no desean tener un hijo por lo que será sino para tener el estatus de madre que la naturaleza no le ha otorgado, en otras ocasiones la justificación está en conflictos con la familia, ambas demuestran la pérdida del sentido de ser madre.

La reproducción asistida mal orientada, y con una dosis de propaganda, llega a ser ofensiva y degradante para la pareja, que busca en la medicina una respuesta a su sufrimiento siendo manipulados y explotados como conejillos de indias. Hieren la sensibilidad de la maternidad, por el alto número de fracasos, y no tienen en cuenta los medios naturales de la reproducción, anula la responsabilidad materna, con toda la carga de amor que produce, la relación sexual, concepción, embarazo y parto. Crea una nueva forma de reproducción artificial que dista mucho de la única, fruto de la evolución del ser humano.

El fenómeno que existe en la sociedad, de asombro, fruto de la curiosidad por cosas que son extraordinarias o fuera de lo corriente, esta poderosa tendencia humana en buscar lo novedoso, de conocer lo último en la técnicas y someterse a ello sin un conocimiento profundo de lo que van a hacer, lleva una atención a lo extraordinario, a lo anormal, a lo que tiempos atrás era impensable, este misterio resultado en parte de la ignorancia, nos atrapa y nos hace creer que somos participes del desarrollo técnico científico. Si no estamos bien orientados desde el punto de vista ético y bioético seremos victimas del engaño.

Para enfrentar todas estas cuestiones es necesario comenzar con la educación de los médicos desde las escuelas de medicina.

La enseñanza de la embriología en la formación del personal médico, debe tener en cuenta que es un ser vivo, independiente, con dignidad. Las investigaciones multidisciplinarias no pueden considerar al embrión como cosa, estar en los parámetros éticos que no permitan su destrucción. El hombre como unidad corpo-espiritual merece respeto a todas las realidades y valores personales. Reconocer el significado integral y la orientación inmanente de todas las dimensiones ligadas a la persona como la vida física, libertad, y la sexualidad; esta última con la presencia de los aspectos unitivos y pro creativo opuesto a la instrumentación. El individuo asume consciente y libremente sus relaciones; cuando la sexualidad es utilizada como le parece, según sus deseos, necesidades, circunstancias, se llega a considerar el cuerpo humano como objeto, fuente de placer y no realidad personal.

El comienzo del dominio de los pasos de la procreación empieza con la contracepción y continúa con las técnicas de reproducción asistidas de forma más rígida; en un futuro no lejano tendremos que enfrentar aplicaciones de la técnica copiadas de la práctica de los animales o de las novelas de horror y ficción. Las T.R.A, no dominan desde adentro el acto sexual, sino desde afuera, la vida humana con producción externa, extrínseca y diversa del acto personal, el biólogo construye al embrión, lo controla y lo sigue en su desarrollo, de esta forma la procreación extracorpórea no tiene relación directa con el acto sexual sino con la actividad técnica; no respetando la dignidad del embrión, ni del acto esposal del matrimonio.

Los biólogos no pueden crear lícitamente sustituyendo a los esposos, ni con el consentimiento informado de estos, es un peligro del dominio del hombre desde el comienzo.La procreación no es un acto transferible de los esposos, ni a los biólogos, ni a los médicos, ni al estado.

La FIVET en particular se ha presentado como una ayuda para resolver el problema de la esterilidad, no la ha curado, si ha detenido el desarrollo de las técnicas quirúrgicas reparadoras de las trompas o la investigación en el trasplante de estas y los esfuerzos en la investigación para resolverla no se han continuado. En realidad ocasiona pérdida de embriones humanos.

Si no cuidamos de los indefensos hoy, continuará el espiral de dilapidar el valor de la vida que comenzó con la legalización del aborto y va por el comercio de la raza humana.En la fecundación artificial se separa artificialmente el significado unitivo del procreador del acto conyugal, uno y otro son la verdad de una íntima estructura, valores que se potencian y se protegen mutuamente dando una realidad unitaria: amor fecundo y abierto a la vida, que es ley moral natural, de donde procedemos.

No tiene base el llamado “derecho al hijo”, en realidad es el derecho del hijo a nacer de un modo digno. Es el fruto del amor de los esposos y por ser persona.

El respeto de la conexión entre los significados del acto conyugal y el respeto de la unidad del ser humano permiten una procreación que dignifique a la persona.

La producción de embriones para experimentación fue un objetivo de la FIVET desde sus inicios, obteniendo innumerables beneficios: ¿la contracepción inmunológica,?, uso de tejidos embrionarios para trasplantes, estudios sobre el cáncer, posibilidad de elección del sexo del hijo, diagnóstico precoz de anomalías congénitas, hacer clonaje y otras cuestiones, todas con propósitos de enriquecimiento, como el banco de embriones para su posterior tráfico. Actualmente se investigan técnicas complementarias para la reproducción artificial, cultivos de ovarios y formación de placenta artificial para lograr el desarrollo embrionario fuera del útero materno, mayor numero de seres humanos al servicio de la experimentación. Nada justifica esta masiva disposición, no son logros de la Ciencia y hacen creer que es una vida diferente e independiente de sus progenitores.

 

El sentido del sexo y la sexualidad del modo de reproducción normal y universal es, en los seres inferiores como los superiores, la reproducción sexual, sistema complicado, poco económico y fruto de la evolución de la especie. Además la reproducción sexual da origen a una descendencia genéticamente heterogénea; la personalidad biológica del individuo, permitiendo sobrevivir en nuevas condiciones ambientales y su diversificación en el espacio. El sexo es un rasgo biológico al servicio de la propagación de la vida (sentido biológico).

 

La sexualidad en el hombre tiene sentido profundo y propio con expresión de donación, por su naturaleza corporal y espiritual, a diferencia de los animales, no está ligada al ciclo de la fertilidad femenina, no tiene el automatismo del instinto, es modelable por la racionalidad, sobrepasa la biología, está al servicio del amor.

 

La norma ética de ley natural de unión y procreación; no busca la actividad sexual impidiendo la procreación, ni busca artificialmente una procreación sin sexo. La sexualidad humana no esta reducida al placer fisiológico o individual, tiene su orientación natural, que es la procreación, educación y la relación de padres e hijos para alcanzar la plenitud de la vida.

 

La relación sexo-reproducción-familia supera el aspecto biológico, esto sólo se logra en la unión de dos seres de sexo opuesto, no puede haber un manipulador porque destruye la sexualidad agregando problemas como la muerte provocada de inocentes, aumentando su ilicitud ética.