18 April 2024
 

P. Vicente Gallo S.J. Marzo 2012 Hablar y escuchar son modos de crear una relación comunicándonos. Pero sucede generalmente que, al hablar comunicamos al otro solamente lo que es exterior a nosotros: aquello que, si algo nos atañe, es superficial, algo que en cierta manera sí es algo «nuestro», pero no algo que forma parte de nuestro «íntimo ser», lo que llamamos «intimidades», eso que consideramos secreto personal porque forma parte de nosotros mismos. De esa manera no damos o recibimos algo de nuestra misma persona, sino exterior a ella.

De las «intimidades» no hablamos con cualquiera, ni nos gusta escucharlas de otro sin sentir el rubor de pisar terreno sagrado. Tales cosas se reservan para los íntimos, para un amigo muy especial, para los papás, acaso para el psicólogo a cuyo tratamiento acudimos, o para el director espiritual. Quien me escucha en esas cosas queda obligado con un secreto sagrado; igualmente yo si las escucho de otro. Pero entre quién habla y escucha cosas así, se produce un vínculo de unidad hasta el nivel de la intimidad; y el violar ese lazo sagrado es considerado traición imperdonable. °°°

Marzo 2012. P. Vicente Gallo S.J. A la sentencia de la Biblia “Los dos serán una sola carne”, Jesús añadió: “Y lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre”. Pero de hecho son dos; no solamente varón el uno y mujer la otra, lo que ya marca características muy diferentes; sino personas distintas y con rasgos distintos en su personalidad, cada uno como persona de veras distinta.

Precisamente eso los hace complementarse y hacerse más felices en ese mutuo enriquecimiento. Pero, a la vez, ello puede ser causa de tantas “diferencias” que ellas ocasionarán muchas fricciones y dificultades en la vida de relación.

El enamorarse cada día tiene que evitar que esas diferencias se conviertan en distanciamientos o en incompatibilidades. Cuando se enamoraron, y hasta al casarse, muchas de esas diferencias no se hicieron visibles; porque “el amor es ciego” y porque hay cosas de nosotros mismos que no nos gusta descubrirlas a nadie, las dejamos ocultas porque pensamos que nos harían inaceptables para el otro. Hay en nuestro propio ser eso que llamamos “vulnerabilidad”,

Marzo 2012. P. Vicente Gallo S.J. En el amor de pareja, en su vivir la relación y compartir juntos la vida, hay días claros, llenos de luz; y días nublados en los que no se ve el sol. También puede llegar la noche, en la que ya ni luz hay siquiera. Es menos noche la que es pasajera, en la que permanece la esperanza y a la que sobreviene la alegría del amanecer; pero noche total es cuando ni la esperanza queda, es la terrible noche de la muerte. Son distinciones sumamente importantes que hay que entenderlas y saber tenerlas presentes llegado el caso, para no confundirse lamentablemente y sentir desconcierto cuando el sol se oculta.

La luz es hermosa, resulta muy grata, pero sólo en el Cielo será permanente; en el vivir de aquí, siempre sobrevendrán los nubarrones y la noche, cuando la luz se debilita o cuando se oculta a nuestra visión. Así es la realidad insoslayable del amor en la vida de pareja; no hay que hacerse otras ilusiones vanas. Habrá que arreglar los problemas que sobrevengan en la vida de relación de pareja antes de que, con la noche total de la muerte de uno, no quede tiempo para hacerlo, y se llore por no haberlo hecho antes.

Marzo 2012. P. Vicente Gallo S.J. Un problema, que con frecuencia se hace presente atentando contra la UNIDAD en la relación de la pareja, se centra en el tema del dinero. El dinero es algo necesario para lo elemental de poder comer cada día sin las penurias de quienes no tienen ingresos, así como para criar a los hijos con las comodidades a las que tienen derecho, y para darles unos estudios que les abran el futuro promisorio; y también para el deseable esparcimiento de la familia en unas buenas vacaciones, diversiones o viajes. Es igualmente necesario como previsión y seguridad para posibles gastos que acaso se necesitarán por enfermedades o reveses que traiga la vida. El dinero es necesario hasta para poder servir más a toda la sociedad haciéndolo capital productivo. Sin dinero, normalmente se puede ser menos y vales menos, se puede servir menos y peor a los demás, o quizás no se puede hacer nada.

Pero vale la pena mencionar aquí los conflictos que, en torno al dinero, se ocasionan en la vida de pareja, y mirar cómo en ellos se puede llegar a muy feas confrontaciones o peleas, incluso a rupturas matrimoniales. Acaso se llega a conversar sobre el problema que en el tema del dinero se esté ocasionando; °°°